La rotura de húmero en personas mayores es una lesión frecuente debido a la fragilidad ósea que aumenta con la edad. Su correcta atención es clave para garantizar una buena recuperación. A continuación, te explicamos en nuestro blog todo lo que necesitas saber sobre el húmero roto en personas mayores, desde los síntomas hasta las opciones de tratamiento y recuperación.
¿Qué es un húmero roto y cómo ocurre en personas mayores?
El húmero es uno de los huesos más largos del cuerpo, situado en la parte superior del brazo, conectando el hombro con el codo. Su función es fundamental para la movilidad del brazo y el soporte de las actividades diarias. Una fractura de húmero ocurre cuando este hueso se rompe o se quiebra, y esto puede suceder en diferentes áreas: la cabeza del húmero (cerca del hombro), el cuerpo del húmero (parte media del hueso) o el extremo distal (cerca del codo).
En las personas mayores, el riesgo de sufrir una rotura de húmero aumenta debido a diversos factores relacionados con el envejecimiento, como la disminución de la densidad ósea y la pérdida de masa muscular. Estos factores hacen que los huesos sean más frágiles y propensos a fracturas, incluso en situaciones de bajo impacto, como una caída leve.
Factores de riesgo en personas mayores
- Osteoporosis: La osteoporosis es una condición común en las personas mayores, especialmente en mujeres posmenopáusicas, que provoca una reducción de la densidad ósea. Esto hace que los huesos se vuelvan más frágiles y susceptibles a fracturas ante cualquier impacto.
- Pérdida de equilibrio y debilidad muscular: Con la edad, muchas personas experimentan una disminución en la fuerza muscular y el equilibrio, lo que aumenta el riesgo de caídas. Las caídas son la causa más común de fracturas de húmero en las personas mayores. Al perder el equilibrio, es común que las personas intenten protegerse utilizando el brazo para amortiguar el golpe, lo que puede ocasionar la fractura del húmero.
- Caídas y accidentes domésticos: El entorno del hogar puede ser una fuente de peligro para las personas mayores, especialmente si no se han implementado medidas de seguridad como pasamanos, buena iluminación o eliminación de obstáculos como alfombras sueltas. Una caída en casa es una de las principales causas de rotura de húmero en personas mayores.
- Otras condiciones médicas: Enfermedades como la artritis, el Parkinson o el deterioro neurológico pueden afectar la movilidad y aumentar la vulnerabilidad a caídas y golpes, lo que incrementa el riesgo de fracturas. Las personas con problemas de visión o que toman medicamentos que causan mareos también tienen un mayor riesgo de sufrir una fractura de húmero por una caída.
Mecanismos de lesión más comunes
- Caídas: Como se mencionó, las caídas, ya sean dentro o fuera de casa, son la causa más frecuente de fracturas de húmero en personas mayores. En el momento del impacto, el brazo se utiliza instintivamente para intentar frenar la caída, lo que puede generar una presión excesiva sobre el húmero y provocar una fractura.
- Accidentes de tráfico: Aunque menos comunes en personas mayores, los accidentes de tráfico o las caídas desde una bicicleta también pueden causar una rotura de húmero en personas mayores, especialmente si se utiliza el brazo para proteger el cuerpo en el momento del impacto.
- Golpes directos en el brazo: Un golpe fuerte en el brazo, ya sea por un objeto pesado o un impacto accidental, puede causar una fractura. En personas mayores, incluso un golpe moderado puede resultar en una fractura debido a la fragilidad ósea.
Tipos de fracturas de húmero
Dependiendo de la localización y el tipo de fractura, la rotura de húmero en personas mayores puede clasificarse en diferentes tipos:
- Fractura proximal del húmero: Esta ocurre en la parte superior del húmero, cerca del hombro. Es una de las más comunes en las personas mayores y suele estar asociada con caídas sobre el brazo extendido. Este tipo de fractura puede ser más complicada de tratar debido a la cercanía con la articulación del hombro y puede afectar la movilidad a largo plazo.
- Fractura diafisaria del húmero: Esta fractura ocurre en el eje del húmero, en la parte media del hueso. A menudo se produce por caídas o golpes directos en el brazo. Dependiendo de la gravedad, puede requerir tratamiento quirúrgico para alinear adecuadamente los fragmentos del hueso.
- Fractura distal del húmero: Esta se encuentra en el extremo inferior del húmero, cerca del codo. Aunque es menos frecuente, puede ser el resultado de una caída sobre el codo o un golpe directo. Este tipo de fractura puede afectar tanto el codo como la articulación del brazo, lo que puede complicar la recuperación.
Gravedad de las fracturas
La gravedad de una fractura de húmero en personas mayores puede variar desde una simple fisura hasta una fractura completa con desplazamiento. Las fracturas con desplazamiento implican que los fragmentos del hueso se han movido de su posición original, lo que generalmente requiere una intervención quirúrgica para corregir. Por otro lado, las fracturas no desplazadas pueden tratarse de manera conservadora, utilizando un cabestrillo o yeso para inmovilizar el brazo.
Identificación de síntomas de un húmero roto en personas mayores
Opciones de tratamiento para el húmero roto en personas mayores
El tratamiento para un húmero roto en personas mayores dependerá del tipo de fractura y de las condiciones generales del paciente. Existen tanto opciones no quirúrgicas como quirúrgicas para manejar esta lesión.
- Tratamiento no quirúrgico
En muchos casos, especialmente en fracturas simples y no desplazadas, el tratamiento no quirúrgico es la opción preferida. Esta modalidad se centra en inmovilizar el brazo para permitir que el hueso sane de forma natural sin necesidad de intervención quirúrgica. Este enfoque es menos invasivo y generalmente implica un proceso de recuperación más corto.
1. Inmovilización con cabestrillo o férula
El uso de un cabestrillo es la forma más común de tratamiento no quirúrgico para una rotura de húmero en personas mayores. El cabestrillo mantiene el brazo inmovilizado contra el cuerpo, limitando el movimiento para que los fragmentos óseos puedan sanar en la posición correcta. Dependiendo de la gravedad de la fractura, se puede utilizar un cabestrillo durante varias semanas, generalmente entre 6 y 8 semanas.
En algunos casos, se puede optar por una férula o un yeso que cubra parte del brazo, proporcionando un mayor nivel de inmovilización y soporte. La férula o el yeso aseguran que los huesos permanezcan alineados durante la curación.
Durante este tiempo, se recomienda que el paciente mantenga el brazo lo más quieto posible, evitando cualquier actividad que pueda ejercer presión sobre el húmero. Sin embargo, es común que los médicos sugieran ejercicios leves de movimiento para evitar la rigidez del hombro.
2. Rehabilitación temprana
Aunque la inmovilización es crucial para que los huesos se curen, también es importante mantener cierta movilidad en las articulaciones cercanas, como el hombro, el codo y la muñeca, para evitar que se pongan rígidas. Durante el período de inmovilización, se pueden realizar ejercicios leves de movilidad bajo la supervisión de un fisioterapeuta. dificultades significativas para mover el brazo.
3. Medicación para el control del dolor
Durante el período de inmovilización, es común que las personas mayores experimenten dolor debido a la fractura. Para controlar este dolor, los médicos pueden recetar medicamentos analgésicos, como paracetamol o antiinflamatorios no esteroides (AINEs).
Es importante que el uso de analgésicos sea supervisado por un médico, especialmente en personas mayores que puedan estar tomando otros medicamentos para condiciones preexistentes.
- Tratamiento quirúrgico
Cuando la fractura es más grave, especialmente en los casos en que el hueso está desplazado o fragmentado, el tratamiento no quirúrgico puede no ser suficiente para asegurar una correcta curación. En estos casos, el tratamiento quirúrgico se vuelve necesario para realinear los fragmentos del hueso y estabilizar la fractura.
1. Fijación interna con placas y tornillos
Uno de los tratamientos quirúrgicos más comunes para una rotura de húmero en personas mayores es la fijación interna. Este procedimiento implica el uso de placas y tornillos para unir los fragmentos del hueso y mantenerlos en su posición correcta durante el proceso de curación. La intervención se realiza a través de una incisión en el brazo, donde se colocan los dispositivos metálicos que estabilizan el hueso.
Este método es muy efectivo para las fracturas desplazadas y permite una curación más rápida y controlada en comparación con el tratamiento no quirúrgico. Una vez que el hueso ha sanado por completo, las placas y tornillos no siempre se retiran, a menos que causen molestias o complicaciones.
2. Clavos intramedulares
Otra opción quirúrgica es el uso de clavos intramedulares, que se insertan en el canal central del hueso para estabilizar la fractura desde el interior. Este procedimiento se realiza generalmente en fracturas del cuerpo del húmero, donde el clavo puede extenderse a lo largo del hueso y mantener los fragmentos en su lugar.
3. Reemplazo parcial o total de la cabeza del húmero
En casos donde la fractura afecta gravemente la cabeza del húmero, particularmente en personas mayores con osteoporosis avanzada, el cirujano puede optar por un reemplazo parcial o total del húmero. Este procedimiento implica la colocación de una prótesis para reemplazar la parte dañada del hueso, especialmente si la fractura no puede repararse mediante otros métodos.
4. Cuidados postoperatorios y fisioterapia
Después de la cirugía, el paciente deberá seguir un riguroso programa de cuidados postoperatorios, que incluye la inmovilización del brazo durante unas semanas y la administración de medicamentos para el control del dolor.
La fisioterapia postoperatoria se centra en ejercicios de rehabilitación progresiva, comenzando con movimientos suaves para evitar la rigidez y aumentando gradualmente la intensidad de los ejercicios a medida que el hueso sana.
Si es necesario puede contarse con un cuidador en el hogar. Es por eso que en Bonadea recomendamos la asistencia de un cuidador por horas para el acompañamiento y ayuda para la persona en caso de que se precise.
Operación de húmero roto: procedimientos y consideraciones
Cuando se requiere una operación de húmero roto, el objetivo es realinear correctamente el hueso para asegurar una correcta curación. Los procedimientos quirúrgicos más comunes incluyen:
- Fijación interna: Se utilizan placas y tornillos para mantener el hueso en su lugar mientras cicatriza. Este es el tratamiento preferido en fracturas complejas.
- Prótesis parcial o total: En algunos casos severos, puede ser necesario reemplazar la cabeza del húmero con una prótesis.
La cirugía requiere un seguimiento postoperatorio y cuidados específicos, como evitar movimientos bruscos y seguir un programa de fisioterapia para recuperar la movilidad.
Tiempo de recuperación del húmero roto en personas mayores
El húmero roto tiempo de recuperación puede variar dependiendo de la gravedad de la fractura y de factores individuales como la edad, la salud general y el tipo de tratamiento aplicado. Generalmente, la recuperación completa puede tardar entre 6 y 12 semanas.
Factores que influyen en la recuperación del húmero roto:
- Grado de la fractura: Las fracturas simples tienden a sanar más rápido que las fracturas desplazadas o complejas.
- Tipo de tratamiento: La recuperación tras un tratamiento no quirúrgico suele ser más rápida que después de una cirugía, pero requiere más atención para evitar complicaciones.
- Adherencia a la rehabilitación: Seguir un plan de rehabilitación adecuado es crucial para una recuperación óptima.
Rehabilitación y ejercicios para recuperarse de un húmero roto
Después de una fractura de húmero, es crucial realizar ejercicios de rehabilitación para recuperar la movilidad y la fuerza del brazo. Se recomienda seguir las indicaciones de un fisioterapeuta para evitar movimientos que puedan dañar el hueso en recuperación.
- Ejercicios de movilidad: Estos incluyen movimientos suaves para evitar que el hombro se ponga rígido, como círculos pequeños con el brazo o levantamientos ligeros del brazo bajo supervisión.
- Fortalecimiento progresivo: A medida que el hueso se va curando, se pueden incorporar ejercicios de fortalecimiento con pesas ligeras o bandas elásticas para recuperar la fuerza muscular.
En Bonadea recomendamos, en caso de ser necesario en personas mayores que, por ejemplo vivan solas, tener un cuidador de personas mayores para la ayuda y asistencia en el hogar durante el tiempo que se está rehabilitando.
Posibles secuelas de una rotura de húmero en personas mayores
Una rotura de húmero en personas mayores puede dejar secuelas, especialmente si la recuperación no se gestiona adecuadamente. Entre las posibles complicaciones a largo plazo se incluyen:
- Rigidez en el hombro o codo: Debido a la inmovilización prolongada, algunas personas pueden desarrollar rigidez en las articulaciones.
- Pérdida de fuerza: Es común que, tras una fractura, los músculos pierdan fuerza, lo que requiere ejercicios específicos para recuperarla.
- Dolor crónico: En algunos casos, el dolor puede persistir incluso después de que el hueso se haya curado completamente.
Prevención de futuras fracturas de húmero en personas mayores
Para evitar futuras fracturas de húmero en personas mayores, es fundamental tomar medidas preventivas, especialmente en personas con mayor riesgo de caídas. Se recomienda:
- Mejorar la seguridad en el hogar: Retirar alfombras sueltas, instalar pasamanos y asegurarse de que los espacios estén bien iluminados.
- Fomentar el ejercicio regular: Realizar actividades físicas que fortalezcan los huesos y mejoren el equilibrio puede ayudar a prevenir caídas.
- Controlar la osteoporosis: En personas mayores con huesos frágiles, es importante consultar al médico sobre tratamientos para fortalecer los huesos, como la suplementación con calcio y vitamina D.
Conclusión
La rotura de húmero en personas mayores es una lesión seria que requiere atención inmediata y un tratamiento adecuado para asegurar una buena recuperación. Desde el diagnóstico inicial hasta la rehabilitación, es importante seguir un plan de tratamiento que considere tanto la fragilidad ósea como las necesidades específicas de cada paciente. Ya sea con un tratamiento conservador o quirúrgico, el seguimiento médico y la fisioterapia juegan un papel clave en la recuperación completa del brazo. En Bonadea, siempre recomendamos medidas preventivas, como el fortalecimiento muscular y la mejora de la seguridad en el hogar, para reducir el riesgo de futuras fracturas.