Húmero roto en personas mayores: todo lo que debes saber

Húmero roto en personas mayores

La rotura de húmero en personas mayores es una lesión frecuente debido a la fragilidad ósea que aumenta con la edad. Su correcta atención es clave para garantizar una buena recuperación. A continuación, te explicamos en nuestro blog todo lo que necesitas saber sobre el húmero roto en personas mayores, desde los síntomas hasta las opciones de tratamiento y recuperación.

¿Qué es un húmero roto y cómo ocurre en personas mayores?

El húmero es uno de los huesos más largos del cuerpo, situado en la parte superior del brazo, conectando el hombro con el codo. Su función es fundamental para la movilidad del brazo y el soporte de las actividades diarias. Una fractura de húmero ocurre cuando este hueso se rompe o se quiebra, y esto puede suceder en diferentes áreas: la cabeza del húmero (cerca del hombro), el cuerpo del húmero (parte media del hueso) o el extremo distal (cerca del codo).

En las personas mayores, el riesgo de sufrir una rotura de húmero aumenta debido a diversos factores relacionados con el envejecimiento, como la disminución de la densidad ósea y la pérdida de masa muscular. Estos factores hacen que los huesos sean más frágiles y propensos a fracturas, incluso en situaciones de bajo impacto, como una caída leve.

Factores de riesgo en personas mayores

  1. Osteoporosis: La osteoporosis es una condición común en las personas mayores, especialmente en mujeres posmenopáusicas, que provoca una reducción de la densidad ósea. Esto hace que los huesos se vuelvan más frágiles y susceptibles a fracturas ante cualquier impacto.
  2. Pérdida de equilibrio y debilidad muscular: Con la edad, muchas personas experimentan una disminución en la fuerza muscular y el equilibrio, lo que aumenta el riesgo de caídas. Las caídas son la causa más común de fracturas de húmero en las personas mayores. Al perder el equilibrio, es común que las personas intenten protegerse utilizando el brazo para amortiguar el golpe, lo que puede ocasionar la fractura del húmero.
  3. Caídas y accidentes domésticos: El entorno del hogar puede ser una fuente de peligro para las personas mayores, especialmente si no se han implementado medidas de seguridad como pasamanos, buena iluminación o eliminación de obstáculos como alfombras sueltas. Una caída en casa es una de las principales causas de rotura de húmero en personas mayores.
  4. Otras condiciones médicas: Enfermedades como la artritis, el Parkinson o el deterioro neurológico pueden afectar la movilidad y aumentar la vulnerabilidad a caídas y golpes, lo que incrementa el riesgo de fracturas. Las personas con problemas de visión o que toman medicamentos que causan mareos también tienen un mayor riesgo de sufrir una fractura de húmero por una caída.

Mecanismos de lesión más comunes

  1. Caídas: Como se mencionó, las caídas, ya sean dentro o fuera de casa, son la causa más frecuente de fracturas de húmero en personas mayores. En el momento del impacto, el brazo se utiliza instintivamente para intentar frenar la caída, lo que puede generar una presión excesiva sobre el húmero y provocar una fractura.
  2. Accidentes de tráfico: Aunque menos comunes en personas mayores, los accidentes de tráfico o las caídas desde una bicicleta también pueden causar una rotura de húmero en personas mayores, especialmente si se utiliza el brazo para proteger el cuerpo en el momento del impacto.
  3. Golpes directos en el brazo: Un golpe fuerte en el brazo, ya sea por un objeto pesado o un impacto accidental, puede causar una fractura. En personas mayores, incluso un golpe moderado puede resultar en una fractura debido a la fragilidad ósea.

Tipos de fracturas de húmero

Dependiendo de la localización y el tipo de fractura, la rotura de húmero en personas mayores puede clasificarse en diferentes tipos:

  1. Fractura proximal del húmero: Esta ocurre en la parte superior del húmero, cerca del hombro. Es una de las más comunes en las personas mayores y suele estar asociada con caídas sobre el brazo extendido. Este tipo de fractura puede ser más complicada de tratar debido a la cercanía con la articulación del hombro y puede afectar la movilidad a largo plazo.
  2. Fractura diafisaria del húmero: Esta fractura ocurre en el eje del húmero, en la parte media del hueso. A menudo se produce por caídas o golpes directos en el brazo. Dependiendo de la gravedad, puede requerir tratamiento quirúrgico para alinear adecuadamente los fragmentos del hueso.
  3. Fractura distal del húmero: Esta se encuentra en el extremo inferior del húmero, cerca del codo. Aunque es menos frecuente, puede ser el resultado de una caída sobre el codo o un golpe directo. Este tipo de fractura puede afectar tanto el codo como la articulación del brazo, lo que puede complicar la recuperación.

Gravedad de las fracturas

La gravedad de una fractura de húmero en personas mayores puede variar desde una simple fisura hasta una fractura completa con desplazamiento. Las fracturas con desplazamiento implican que los fragmentos del hueso se han movido de su posición original, lo que generalmente requiere una intervención quirúrgica para corregir. Por otro lado, las fracturas no desplazadas pueden tratarse de manera conservadora, utilizando un cabestrillo o yeso para inmovilizar el brazo.

Identificación de síntomas de un húmero roto en personas mayores

Las personas mayores, debido a la fragilidad de sus huesos, están en mayor riesgo de sufrir una fractura de húmero tras una caída o un golpe, y es importante saber identificar las señales que indican una posible fractura. Si bien algunos síntomas son claros y evidentes, otros pueden pasar desapercibidos, lo que podría retrasar el tratamiento y complicar la recuperación.

1. Dolor intenso e inmediato

Dolor intenso e inmediatoEl síntoma más evidente de un húmero roto en personas mayores es el dolor agudo e intenso que aparece justo después del incidente que causa la fractura. El dolor se localiza en el área del brazo afectada y puede irradiar hacia el hombro o el codo. Las personas mayores pueden describir este dolor como punzante o insoportable, y generalmente empeora con cualquier intento de mover el brazo.

Es común que las personas con un húmero roto tengan dificultades para mover el brazo, ya que incluso los movimientos más leves pueden desencadenar un dolor severo. En casos de fractura desplazada, donde los huesos se han separado, el dolor puede ser aún más intenso y persistente.

2. Incapacidad para mover el brazo

Después de una fractura de húmero, es común que la persona afectada experimente una incapacidad para mover el brazo. En algunos casos, el brazo puede quedar completamente inmóvil debido al dolor o la alteración de las estructuras internas. La persona puede sentir que el brazo está débil o paralizado, lo que imposibilita realizar movimientos simples, como levantar el brazo o girar la muñeca.

3. Hinchazón y moretones visibles

Otro síntoma común de una rotura de húmero en personas mayores es la hinchazón en la zona afectada. La hinchazón puede aparecer rápidamente después de la fractura o desarrollarse unas horas más tarde. Esto ocurre porque el cuerpo responde al trauma aumentando el flujo sanguíneo a la zona lesionada, lo que provoca la acumulación de líquidos en los tejidos blandos que rodean el hueso roto.

Además de la hinchazón, es frecuente que aparezcan hematomas o moretones alrededor de la zona de la fractura. Los moretones se producen cuando los vasos sanguíneos pequeños se rompen a consecuencia del impacto. Los hematomas suelen ser visibles en la piel, primero con un color rojizo que luego se torna morado o azulado, y pueden extenderse por todo el brazo.

4. Deformidad visible en el brazo

En los casos en los que la fractura es desplazada, es decir, cuando los fragmentos del hueso roto se mueven fuera de su posición normal, puede ser evidente una deformidad visible en el brazo. Esta deformidad puede manifestarse como una protuberancia anormal o una curva en la parte media del brazo, lo que indica que los huesos ya no están alineados correctamente.

Si se observa una deformidad notable, es probable que la fractura sea grave y requiera tratamiento quirúrgico para volver a alinear los huesos. Esta situación puede causar gran preocupación en las personas mayores y sus cuidadores, por lo que es vital buscar atención médica inmediata.

5. Sensibilidad al tacto

Las personas mayores con un húmero roto pueden experimentar una sensibilidad extrema al tocar el área afectada. Incluso una ligera presión sobre la zona fracturada puede causar un aumento considerable del dolor. Esto se debe a la inflamación y al daño en los tejidos circundantes, como los músculos, tendones y nervios, que quedan afectados por la fractura.

La sensibilidad al tacto es un indicador importante de que algo está mal, especialmente si se combina con otros síntomas como dolor persistente, hinchazón y dificultad para mover el brazo.

6. Ruidos o crujidos al mover el brazo

En algunos casos, cuando las personas mayores intentan mover el brazo después de la fractura, pueden experimentar una sensación de crujido o escuchar un sonido similar a un chasquido. Este ruido, conocido como crepitación, se produce cuando los fragmentos de hueso se rozan entre sí debido al desplazamiento de la fractura.

El crujido o chasquido es una señal clara de que el hueso está roto, y es importante evitar cualquier intento de mover el brazo en esta situación para no agravar la lesión. Ante la presencia de este síntoma, es fundamental inmovilizar el brazo y buscar asistencia médica de inmediato.

7. Cambio de temperatura o entumecimiento en el brazo

En algunos casos de rotura de húmero en personas mayores, pueden presentarse sensaciones de entumecimiento o hormigueo en el brazo afectado. Esto puede deberse a que los nervios cercanos al húmero han sufrido daños o están comprimidos por la fractura. El entumecimiento o la pérdida de sensibilidad es una señal preocupante, ya que puede indicar una lesión en los nervios.

Además, es posible que el brazo se sienta más frío al tacto debido a una disminución en el flujo sanguíneo a la zona lesionada, lo que puede ser indicativo de problemas circulatorios asociados con la fractura. Si se experimenta alguno de estos síntomas, es esencial recibir atención médica lo antes posible para prevenir complicaciones.

8. Dificultad para realizar actividades cotidianas

Debido al dolor y la pérdida de movilidad asociados con una fractura de húmero, las personas mayores suelen experimentar una dificultad significativa para realizar actividades diarias. Esto incluye tareas simples como vestirse, lavarse o sostener objetos. La incapacidad para mover el brazo afecta directamente la autonomía de la persona y puede generar frustración y ansiedad.

Cuándo buscar atención médica

Si sospechas que una persona mayor ha sufrido una rotura de húmero, es importante buscar atención médica de inmediato. Cualquier combinación de los síntomas mencionados, como dolor intenso, hinchazón, deformidad o dificultad para mover el brazo, son señales claras de que algo no está bien. El diagnóstico temprano, generalmente mediante una radiografía, permite evaluar la gravedad de la fractura y determinar el tratamiento adecuado para facilitar una recuperación rápida y efectiva.

Opciones de tratamiento para el húmero roto en personas mayores

El tratamiento para un húmero roto en personas mayores dependerá del tipo de fractura y de las condiciones generales del paciente. Existen tanto opciones no quirúrgicas como quirúrgicas para manejar esta lesión.

  • Tratamiento no quirúrgico

En muchos casos, especialmente en fracturas simples y no desplazadas, el tratamiento no quirúrgico es la opción preferida. Esta modalidad se centra en inmovilizar el brazo para permitir que el hueso sane de forma natural sin necesidad de intervención quirúrgica. Este enfoque es menos invasivo y generalmente implica un proceso de recuperación más corto.

1. Inmovilización con cabestrillo o férula

El uso de un cabestrillo es la forma más común de tratamiento no quirúrgico para una rotura de húmero en personas mayores. El cabestrillo mantiene el brazo inmovilizado contra el cuerpo, limitando el movimiento para que los fragmentos óseos puedan sanar en la posición correcta. Dependiendo de la gravedad de la fractura, se puede utilizar un cabestrillo durante varias semanas, generalmente entre 6 y 8 semanas.

En algunos casos, se puede optar por una férula o un yeso que cubra parte del brazo, proporcionando un mayor nivel de inmovilización y soporte. La férula o el yeso aseguran que los huesos permanezcan alineados durante la curación.

Durante este tiempo, se recomienda que el paciente mantenga el brazo lo más quieto posible, evitando cualquier actividad que pueda ejercer presión sobre el húmero. Sin embargo, es común que los médicos sugieran ejercicios leves de movimiento para evitar la rigidez del hombro.

Opciones de tratamiento para el húmero roto en personas mayores2. Rehabilitación temprana

Aunque la inmovilización es crucial para que los huesos se curen, también es importante mantener cierta movilidad en las articulaciones cercanas, como el hombro, el codo y la muñeca, para evitar que se pongan rígidas. Durante el período de inmovilización, se pueden realizar ejercicios leves de movilidad bajo la supervisión de un fisioterapeuta.  dificultades significativas para mover el brazo.

3. Medicación para el control del dolor

Durante el período de inmovilización, es común que las personas mayores experimenten dolor debido a la fractura. Para controlar este dolor, los médicos pueden recetar medicamentos analgésicos, como paracetamol o antiinflamatorios no esteroides (AINEs).

Es importante que el uso de analgésicos sea supervisado por un médico, especialmente en personas mayores que puedan estar tomando otros medicamentos para condiciones preexistentes.

  • Tratamiento quirúrgico

Cuando la fractura es más grave, especialmente en los casos en que el hueso está desplazado o fragmentado, el tratamiento no quirúrgico puede no ser suficiente para asegurar una correcta curación. En estos casos, el tratamiento quirúrgico se vuelve necesario para realinear los fragmentos del hueso y estabilizar la fractura.

1. Fijación interna con placas y tornillos

Uno de los tratamientos quirúrgicos más comunes para una rotura de húmero en personas mayores es la fijación interna. Este procedimiento implica el uso de placas y tornillos para unir los fragmentos del hueso y mantenerlos en su posición correcta durante el proceso de curación. La intervención se realiza a través de una incisión en el brazo, donde se colocan los dispositivos metálicos que estabilizan el hueso.

Este método es muy efectivo para las fracturas desplazadas y permite una curación más rápida y controlada en comparación con el tratamiento no quirúrgico. Una vez que el hueso ha sanado por completo, las placas y tornillos no siempre se retiran, a menos que causen molestias o complicaciones.

2. Clavos intramedulares

Otra opción quirúrgica es el uso de clavos intramedulares, que se insertan en el canal central del hueso para estabilizar la fractura desde el interior. Este procedimiento se realiza generalmente en fracturas del cuerpo del húmero, donde el clavo puede extenderse a lo largo del hueso y mantener los fragmentos en su lugar.

3. Reemplazo parcial o total de la cabeza del húmero

En casos donde la fractura afecta gravemente la cabeza del húmero, particularmente en personas mayores con osteoporosis avanzada, el cirujano puede optar por un reemplazo parcial o total del húmero. Este procedimiento implica la colocación de una prótesis para reemplazar la parte dañada del hueso, especialmente si la fractura no puede repararse mediante otros métodos.

4. Cuidados postoperatorios y fisioterapia

Después de la cirugía, el paciente deberá seguir un riguroso programa de cuidados postoperatorios, que incluye la inmovilización del brazo durante unas semanas y la administración de medicamentos para el control del dolor.

La fisioterapia postoperatoria se centra en ejercicios de rehabilitación progresiva, comenzando con movimientos suaves para evitar la rigidez y aumentando gradualmente la intensidad de los ejercicios a medida que el hueso sana.

Si es necesario puede contarse con un cuidador en el hogar. Es por eso que en Bonadea recomendamos la asistencia de un cuidador por horas para el acompañamiento y ayuda para la persona en caso de que se precise.

Operación de húmero roto: procedimientos y consideraciones

Cuando se requiere una operación de húmero roto, el objetivo es realinear correctamente el hueso para asegurar una correcta curación. Los procedimientos quirúrgicos más comunes incluyen:

  • Fijación interna: Se utilizan placas y tornillos para mantener el hueso en su lugar mientras cicatriza. Este es el tratamiento preferido en fracturas complejas.
  • Prótesis parcial o total: En algunos casos severos, puede ser necesario reemplazar la cabeza del húmero con una prótesis.

La cirugía requiere un seguimiento postoperatorio y cuidados específicos, como evitar movimientos bruscos y seguir un programa de fisioterapia para recuperar la movilidad.

Tiempo de recuperación del húmero roto en personas mayores

El húmero roto tiempo de recuperación puede variar dependiendo de la gravedad de la fractura y de factores individuales como la edad, la salud general y el tipo de tratamiento aplicado. Generalmente, la recuperación completa puede tardar entre 6 y 12 semanas.

Factores que influyen en la recuperación del húmero roto:

  • Grado de la fractura: Las fracturas simples tienden a sanar más rápido que las fracturas desplazadas o complejas.
  • Tipo de tratamiento: La recuperación tras un tratamiento no quirúrgico suele ser más rápida que después de una cirugía, pero requiere más atención para evitar complicaciones.
  • Adherencia a la rehabilitación: Seguir un plan de rehabilitación adecuado es crucial para una recuperación óptima.

Rehabilitación y ejercicios para recuperarse de un húmero roto

Después de una fractura de húmero, es crucial realizar ejercicios de rehabilitación para recuperar la movilidad y la fuerza del brazo. Se recomienda seguir las indicaciones de un fisioterapeuta para evitar movimientos que puedan dañar el hueso en recuperación.

  • Ejercicios de movilidad: Estos incluyen movimientos suaves para evitar que el hombro se ponga rígido, como círculos pequeños con el brazo o levantamientos ligeros del brazo bajo supervisión.
  • Fortalecimiento progresivo: A medida que el hueso se va curando, se pueden incorporar ejercicios de fortalecimiento con pesas ligeras o bandas elásticas para recuperar la fuerza muscular.

En Bonadea recomendamos, en caso de ser necesario en personas mayores que, por ejemplo vivan solas, tener un cuidador de personas mayores para la ayuda y asistencia en el hogar durante el tiempo que se está rehabilitando.

Posibles secuelas de una rotura de húmero en personas mayores

Una rotura de húmero en personas mayores puede dejar secuelas, especialmente si la recuperación no se gestiona adecuadamente. Entre las posibles complicaciones a largo plazo se incluyen:

  • Rigidez en el hombro o codo: Debido a la inmovilización prolongada, algunas personas pueden desarrollar rigidez en las articulaciones.
  • Pérdida de fuerza: Es común que, tras una fractura, los músculos pierdan fuerza, lo que requiere ejercicios específicos para recuperarla.
  • Dolor crónico: En algunos casos, el dolor puede persistir incluso después de que el hueso se haya curado completamente.

Prevención de futuras fracturas de húmero en personas mayores

Para evitar futuras fracturas de húmero en personas mayores, es fundamental tomar medidas preventivas, especialmente en personas con mayor riesgo de caídas. Se recomienda:

  • Mejorar la seguridad en el hogar: Retirar alfombras sueltas, instalar pasamanos y asegurarse de que los espacios estén bien iluminados.
  • Fomentar el ejercicio regular: Realizar actividades físicas que fortalezcan los huesos y mejoren el equilibrio puede ayudar a prevenir caídas.
  • Controlar la osteoporosis: En personas mayores con huesos frágiles, es importante consultar al médico sobre tratamientos para fortalecer los huesos, como la suplementación con calcio y vitamina D.

Conclusión

La rotura de húmero en personas mayores es una lesión seria que requiere atención inmediata y un tratamiento adecuado para asegurar una buena recuperación. Desde el diagnóstico inicial hasta la rehabilitación, es importante seguir un plan de tratamiento que considere tanto la fragilidad ósea como las necesidades específicas de cada paciente. Ya sea con un tratamiento conservador o quirúrgico, el seguimiento médico y la fisioterapia juegan un papel clave en la recuperación completa del brazo. En Bonadea, siempre recomendamos medidas preventivas, como el fortalecimiento muscular y la mejora de la seguridad en el hogar, para reducir el riesgo de futuras fracturas.

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